Casi todo el mundo sabe que las máquinas de hoy en día funcionan con sistema binario (ceros y unos) para representar cantidades. Si quisiéramos transformar, por ejemplo, el sonido analógico de un vinilo en digital, es decir, codificar una onda de puntos infinitos en información binaria, los pasos para esta conversión de manera simplificada serían:
1. MUESTREO: medir la intensidad de la señal en intervalos de tiempo regulares.
2. CUENTIFICACIÓN: se mide el nivel de voltaje de cada muestra y se sitúa en el nivel más próximo.
3. CODIFICACIÓN: se traduce cada una de las medidas a los valores en código binario.
La aproximación a los diferentes niveles de voltaje en sistema binario genera la pérdida de algunos datos, por lo que resulta recomendable ampliar el número de bits (dígitos binarios) para ser más precisos en su medición y reducir el intervalo de tiempo para captar el mayor número posible de puntos.
Tanto el ojo como el oído humano perciben una determinada serie de frecuencias y longitudes de onda. Superadas estas series de frecuencias, ni el oído ni el ojo son capaces de percibir un aumento en la calidad debido a la disminución en el intervalo de tiempos de la señal. Este es uno de los fundamentos utilizados en la compresión de señales digitales, que se usan en formatos como el MP3 en sonidos y el DIVX en imágenes.
La señal analógica tiene diferentes grados de calidad (la televisión se podía ver borrosa o con mucha nieve) mientras que la señal digital siempre reproduce exactamente los mismos resultados sin diferencia de calidad por lo que “o se ve o no se ve” sin existir un punto intermedio. Por eso decimos comúnmente que “la televisión TDT da saltos” o “me falla la cobertura del móvil”.
Muy bueno Sarita. Se entiende muy bien.
ResponderEliminarAlguna vez me había planteado esa pregunta, pero no me había puesto a investigar sobre el tema porque me imaginaba que sería muy complicado. Sin embargo veo que la cosa es más sencilla de lo que pensaba y queda muy claro según está explicado en el post. ¡Enhorabuena y muchas gracias!
ResponderEliminarMuy bueno, Sara.
ResponderEliminarA pesar de todo, para ciertas cosas, me quedo con el vinilo. Cierto ruido es música según para quién lo escuche.