lunes, 7 de marzo de 2011

Engrasar para engranar



Las aplicaciones de los engranajes para solucionar problemas y facilitar la vida del hombre han sido múltiples a lo largo de la historia. Todos creemos que la caja de cambios es un mecanismo difícil de entender, pero si lo observamos como la combinación de dos ruedas dentadas resulta ser un concepto mucho más simple de lo que podemos imaginar...
Al encender el motor éste comienza a dar vueltas de manera constante. Si aceleramos el número de vueltas aumentará, pero también gastará más combustible y se calentará. Por eso cambiamos de marcha, para cambiar a un engranaje de diferente tamaño y mantener bajas las revoluciones del motor.

El sistema se basa en la transmisión del giro de un eje a otro para reducir o aumentar la velocidad del mismo. La caja de cambios contiene en su interior dos ejes con engranajes de diferentes diámetros. Simplificando podríamos decir que:

- El eje primario está conectado con el motor
- El eje secundario está conectado a las ruedas

En el siguiente video podemos observar la disposición de los dos ejes:



Al cambiar de marcha una de las tres horquillas mueve el piñón de una de las marchas y lo engrana o conecta a la siguiente. Podemos deducir que existe una relación entre la disposición de horquillas y las 3 líneas de marchas en la palanca de cambios (1-2, 3-4, 5-R).

Si el eje secundario gira en sentido contrario al eje primario resulta lógico hacerse una pregunta: ¿cómo conseguimos que la marcha atrás mueva el coche en dirección contraria? Pues bien, el mecanismo correspondiente al último engranaje contiene una rueda dentada más para invertir el sentido de giro.

1 comentario:

  1. Hola Sara:

    Te propongo que tu proximo articulo sea algo mas sofisticado. Por ejemplo teoria de supercuerdas para lectores que no tengan ni idea de fisica cuantica. Todo un reto. Tu puedes.

    Luis Espacio

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